martes, 13 de octubre de 2009

¡Cuidado con el monstruo!

Nunca me han gustado los calcetines. Odiaba que al usarlos como uniforme su resorte apretara mis piernas y luego me diera comezón. Odiaba guardarlos hechos bolita y al deshacerla descubrir que estaban al revés o que se me cayera y rodara tan lejos y tan rápido como si se rehusaran a cubrir mis patas de vaca. Odiaba que al lavarlos la tela rechinara y se me pusiera la piel chinita y todavía odio sentirlos puestos dándome calor y restringiendo la libertad de movimiento de mis "toes".
Intenté agarrarles el gusto comprando una inmensa colección de calcetines de 10 pesos con todo tipo de diseños y colores al tiempo que mi madre me permitió usar la lavadora para evitarme lo de los pelos de punta y en el colegio no me exigieron más usar los típicos blancoshastalarodilla, pero fue en ese momento cuando todo se complicó.
Metí 40 calcetines apestosos a la lavadora y sólo salieron 36, luego metí 36 calcetines apestosos a la lavadora y sólo salieron 29, volví a meter 29 calcetines sucios a la lavadora y ¡sólo pude tender 16! Ahora cada día tengo que enomendarme al Dios de los calcetines para que me permita encontrar un par o dos que den la finta de ser familiares.
Mi vida se ha visto imposibilitada para realizarse plenamente ya que a veces me enfrento al dilema ¿Y si los uso otra vez? Y me siento reculpable porque a a veces digo bueno sí, y a veces digo no y entonces uso pantuflas todo el día o me cambio de ropa para que las sandalias combinen y pueda dejar a los pobres tenis atrás.
He sido juzgada y duramente criticada debido a este problema pero en serio no es mi culpa, yo creo que el monstruo come calcetines que vive en las lavadoras se mudó a mi casa y aunque ha arrasado con mi cajón entero sigue esperando que vuelva al tianguis y compre una nueva colección.
Siempre supe que los calcetines no me traerían nada bueno

1 comentario:

Rafael dijo...

Violeeee me encanta tu blog está padrísimo!!! jajajajaja eso de los calcetines me mató jajajajaja