martes, 19 de febrero de 2008

Vaca nueva en la Ciudad parte II

Apenas llevo dos días en la Ciudad y ya casi me da un ataque de ansiedad dentro del metro. Siento que ahora hay más gente que antes porque ahora hasta para pasar por el torniquete de entrada hay que formarse.
Ya había olvidado lo mucho que duele ser aplastada por una multitud y que un mar de gente decida tu camino (hacia dentro del vagón) sin que tú puedas hacer algo en contra de ello. Tuve que acelerar mi paso y recordar los viejos movimientos esquivaejecutivosecretarias que van tarde y que no temen chocar contigo. Ya me perdí una vez y caminé de más. Ya sudé y olí cosas horribles, protegí mi trasero de no ser incomodado por arrejuntadores pervertidos y aprendí una nueva técnica metecarnes que consiste en ayudar a una persona aplastada con la puerta del metro empujando detalladamente cada parte de su humanidad, desde brazos hasta lonjas y casi chichis, hasta que las puertas por fin puedan cerrarse.
A pesar de todo me parece que todavía traigo aires pueblerinos de optimismo y la gente ha sido amable conmigo. Gracias citadinos.
Todavía falta que se acomoden algunas piececitas para que sea muy feliz. Por ahora sólo puedo decir que AMO mi nueva casa, mis rumis son lo mejor.
Nunca había subido escaleras para llegar a mi corral. Vivir en un edificio es nuevo para mi, pero me parece la aventura más divertida. Soy una vaca provinciana pero eso sí, a la altura.

2 comentarios:

Unknown dijo...

tienes rumis? jajaja cuenta cuenta, cómo es?

Mu dijo...

Fíjise Doña Florinda que son 3 mis rumis, 2 periodistas de deportes y una mercadóloga, son muy buena onda y tenemos un lindo jacal. Uno de los periodistas es hijo de MissCristyyy Buenoos díiiiaaaass