lunes, 21 de julio de 2008

Multa es a asalto como policía es a ladrón

Patéticamente me vi involucrada en un delito vehicular, hubo lágrimas y una estafa dolorosa.
-Oficial, háblele al comandante Margarito para que veamos cómo le podemos ayudar a la vaquilla....Cambio.
Parecería que el sistema judicial fue compasivo conmigo, pero explicaré que mis lágrimas no intentaban sensibilizar a nadie. Me dolía saber que mi dinero se iría con ellos y me dolía haber hecho tantos planes con él que ya no podrían cumplirse.
Iba felizmente de regreso al Pueblo después de una ardua semana laboral, shalaleaba mientras conducía, de verdad el día pintaba bastante bien. Últimamente dependo de mis impresiones arrugadas de la Guía Roji para no perderme porque los chofis ya no me llevan a donde ellos quieren, ahora yo debo saber llegar, así que después de echarle una hojeada a la impresión correcta decidí que la Avenida Insurgentes era el mejor camino para llegar a casa y pisé acelerador. Yo manejo diariamente sólo un pedacito de esa avenida y nunca en la vida podía imaginar que en el trayecto por el que no paso, el Metrobus pueda romper mis esquemas mentales y no ir por el carril izquierdo sino ¡ponerse al centro!
Me pareció extraño que tantos autos infringieran la ley al tomar el carril prohibido, pero no, me encontraba completamente sola y delincuente en el camino equivocado. Ya no pude hacer nada más que avanzar y dirigirme a los cazadores perfectamente uniformados que ya me esperaban al terminar mi recorrido. ¿Qué hacían ahí? ¡Esperando a que una víctima pueblerina como yo se equivocara por la falta de señalización!
No les importó ver mi licencia ni mi tarjeta de circulación, fueron al grano mostrándome el reglamento y haciéndome leer los cien mil quinientos millones de salarios mínimos que tendría que pagar después de ir a recoger a Smartie a un terreno lleno de autos no dignos de ser sus vecinos. Además me parece que el pequeño no puede ser remolcado y ellos no aceptarían tenerle el cuidado especial de ponerle trapitos esponjosos para que no se rayara. Así que después de provocarme terror mental me ofrecieron hacer algo bueno por mi y darles sólo la mitad de mi multa ahí mismo, servicio express ISO 9000-502. Les dije que no traía lo suficiente, y como es política de calidad, el servicio incluye la compañía especial de un oficial al cajero automático para efectuar el retiro.
Me dio miedo y no puedo saber en que momento empecé a llorar. En su afán por brindar la mejor y más memorable de las detenciones pidieron autorización a su comandante para hacerme un favor y tomar lo que trajera en mi cartera. Agarraron mis billetines y se fueron en una patrulla camuflajeada, que es una patrulla especial que parece un Chevy normal para despistar bandidos. Después me dieron ganas de llamar a estos bandidos para que me protegieras de los policías.
¿Sufrí un asalto policiaco?

4 comentarios:

Kekita dijo...

Elemental, mi querido Watson, fuiste víctima de un asalto. Piensa que les van a salir almorranas en la nariz y que con tu dinero podrán comprarse una (o varias) pomaditas. jaja

Anónimo dijo...

Qué les sucede a los estúpidos, mira que hacer llorar a una vaquita linda como tú? Te mando besos hermosa
HV

Galleta de Jengibre dijo...

En lugar de vaca pareces burro!!! pobres polis, ellos que hicieron todo para que no te sintieras tan mal y tu tan insensible.

Bienvenida a la ciuda vaquilla taruga!jeeeeeeeeeeee!!!!!!

María Marta Bruno dijo...

Por lo visto, hay costumbres más que citadinas, continentales!
En la Argentina, lo raro es que los policías no te pidan dinero. Es más, está tan establecido que un poli entra a un negocio, compra y no le cobran, porque todos sabemos que si se le cobra, a los pocos días, el negocio sufre un "robo"...
En fin, nosotros les damos las armas y ellos nos
atracan, es lógico, no?

Te encontré en lo de SuperCow... Cuando puedas, visita mis Vacas Encontradas.

Un beso