Hoy decidí incrementar mi rutina deportiva con alguna actividad que realmente me hiciera sudar, así que me levanté muy temprano y llegué a la Guay para tomar la primera clase ofrecida en el día. Iba a ser una sorpresa...Podía ser Aerobox, Zumba, Tae bo, no sé...Realmente no domino los horarios y por eso fui a la deriva. Peeeeroooo resulta que los Viernes a esa hora hay Aerobics, sí Aerobics...Ya contaba yo con experiencias traumáticas de mi pubertad cuando intenté probar los saltitos con step junto con mi madre experta y sólo me había quedado con cara de What rodeada de gorditas sudorosas demasiado ágiles y coordinadas. ¡Uy! Me costó tanto trabajo bloquear aquel recuerdo...
Intentando dejar a un lado mis temores ingresé al salónespejos, tomé mi step y recordé que soy una vaquilla con ritmo, que puedo aprender coreografías y que seguramente soy más ágil y capaz que cualquiera de mis compañeritas saltarinas. Peeeeroooo eso no es cierto. En serio no di una, ni media. Me veía al espejo y estaba convertida en una vaca arrítmica y boba y recordé porqué odio los Aerobics. Son dificilísimos...Suman y parten y luego todo junto y ahora 4 y vuelta y luego los pasitobrinquitos que unen cada levantada y luego mover los brazos como si bailaras swing y luego ya me quería ir pero parecería una cobardedesertoda y era mejor parecer una aeróbicaretrasada y odiaba que las gordis lucieran tan bien haciéndolo como si lo trajeran en las venas y me preguntaba porqué yo no había nacido con ese don.
A pesar de lo que podrían pensar sudé como un cerdito...Debe haber sido de vergüenza. Cuando terminaron su elaborada rutina dejé el salón erguida en dignidad fingida y mejor me fui a encuerar con las viejitas luciendo mi top de cuerpo terso. Ya con gorrita y gogles puestos me sumergí, las rebasé y estiré mis extremidades jóvenes a máxima velocidad y me sentí como pez en el agua.
De todos modos pienso regresar hasta que me salga
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