Batallas para recordar

El día de San Juan había que llegar temprano a la escuela, no importaba que los charcos en el patio humedecieran desde la primera hora los tenis blancos blancos del uniforme. El chiste era escoger, antes que todos, a la luchadora que a primera vista pareciera más fuerte y poderosa que las demás. Era importante agarrarla con cuidado para no despegarle las alas o partir su cuerpo a la mitad antes de tiempo. Después del casting y antes de que sonara la campana para entrar a clase ya se libraban las primeras batallas a muerte, a veces tenías que picarlas un poco para que se agarraran coraje, pero nunca nadie salía defraudado porque siempre se podía presenciar una pelea digna de transmitirse por televisión. Si habías escogido bien, tu luchadora le cortaría la cabeza a su rival en pocos segundos...

Es increíble que este cruel espectáculo sea uno de los mejores recuerdos de mi infancia, pero no puedo negarlo porque es la puritita verdad.

Mañana será el día de San Juan y ya hay charcos y el clima nostálgico lluvioso que me recuerda el tener que despegar a mi hormiga luchadora del suéter. Ahora sé que se llaman Hormigas de San Juan porque justo es el día en que salen y que en realidad no caen del cielo sino que emergen de la tierra para tirar sus alas, agonizar y morir. Esta hormiga era un banquete preciado para los aztecas y es por eso que en diferentes estados del país, los adultos también esperan ansiosos este día para salir a recoger el ingrediente exótico de sus platillos típicos

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Esos detalles técnicos a los niños no les importan, lo único en lo que se piensa a primera hora del día es en tener la capacidad de distinguir entre los montones de bolitas negras tiradas en el piso a la hormiga que llevará su dignidad de couch hasta la gloria.

Extraño ir en la Primaria...